
Niños menores de 11 años trabajando en las minas del Este del Congo – ENOUGH Project vía Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)
Una de las cosas que más le sorprendió a Serge al llegar a España es ver gente de 80 años. Es un joven activista, estudiante de medicina en la República Democrática del Congo (RDC) donde la esperanza de vida es de 51 años. Las acciones represivas en la ex colonia belga las sufren la población civil y los activistas defensores de los derechos humanos. Serge las ha sufrido en numerosas ocasiones. La última, el pasado 16 de febrero cuando fue detenido a las cuatro de la mañana junto a siete activistas más. Ese día estaba convocada una huelga general contra el retraso en la convocatoria de las elecciones y por el rechazo a que el actual presidente, Kabila, vuelva a ser reelegido en un tercer mandato, ya que la Constitución establece un máximo de dos legislaturas. Este joven de 28 años sigue en prisión desde entonces.
Serge visitó, de la mano de Amnistía Internacional, España y Europa para relatar la realidad de su país y pedir la liberación de sus amigos activistas Fred e Ives. Ellos fueron detenidos el 15 de marzo del año pasado por participar en el lanzamiento del taller Filimbi, donde se aglutinan diferentes asociaciones para promover la democracia. Se les acusó de complot contra el presidente de la república. Serge es miembro del movimiento ‘Lutte por le changement’, ‘LUCHA’ (Lucha por el cambio), un colectivo que a través de la concienciación pretende difundir valores democráticos y respeto por los derechos humanos. Amnistía Internacional, en su labor de defensa de los derechos humanos, está desarrollando campañas de difusión para la puesta en libertad de los activistas.
Los conflictos armados y la violencia en este país no han cesado desde su independencia de Bélgica en 1960. Desde entonces han sufrido también tres dictaduras. Las dos guerras sucesivas entre 1996 y 2003 se han cobrado la vida de más de cinco millones de personas según recoge un informe la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
La Constitución de la RDC, promulgada en febrero de 2006, establece un “Estado de derecho independiente, soberano, unido e indivisible, democrático y laico”, recoge artículos como el derecho a la educación gratuita, prohibición del trabajo infantil, duras penas a violaciones y trata de mujeres. Pero la situación, día a día, es bien distinta. Las violaciones y vulneraciones de derechos humanos, civiles y políticos, se une a la impunidad tanto por delitos atribuidos a autoridades gubernamentales como por grupos armados.
¿Qué tipo de derechos humanos se violan en la RDC?
Cualquier persona que quiera denunciar la situación política es detenida. Cuando hay un conflicto bélico en curso como sucede en el Congo, son constantes los arrestos sin causa justificada, la prohibición de realizar manifestaciones y otros atentados contra la libertad de expresión. Por ejemplo, el alcalde de nuestra ciudad, Goma, la semana pasada prohibió una manifestación de nuestro movimiento, LUCHA. También, como consecuencia de la guerra, hay otro tipo de problemas como la violencia sexual contra las mujeres por los grupos armados.
El artículo 40 de la Constitución garantiza la educación gratuita, ¿se respeta?
Efectivamente, está recogido en la Constitución pero en la práctica no existe. El Estado no interviene absolutamente en nada, son los padres que pueden pagar los que abonan a los profesores su sueldo.
¿Hay algún tipo de garantías judiciales?
Actualmente hay que decir que la justicia está dominada por el poder de [el presidente Joseph] Kabila. Cualquier ciudadano puede ser detenido sin que la justicia pueda llegar a intervenir. La gente del servicio de información son los que dan las indicaciones de cómo ha de actuar e intervenir la justicia, por eso la justicia carece de independencia.
Su país es uno de los principales extractores de minerales, como el cobalto y el coltán, necesarios para la fabricación de teléfonos móviles. ¿Qué violaciones de derechos se dan entre los trabajadores del sector de extracción?
Nosotros pensamos que la riqueza principal del país es la agricultura. El pueblo no tiene acceso a los minerales, a lo que tiene acceso la gente normal es a la agricultura. Son los grupos armados los que se interesan por la industria extractiva de minerales, que son alimentados y financiados por personas que viven en el exterior del país. Cuando se trata de negociar el precio de los minerales con el Estado es cuando resultan muy caros. Entonces la gente del extranjero compra los minerales a los grupos armados ya que es más barato que el ofertado por el gobierno. Lo que ha creado realmente este conflicto ha sido el intercambio de armas por minerales.
Al comprar teléfonos móviles, ¿se fomenta ese conflicto desde occidente? ¿existe una corresponsabilidad por parte de los países occidentales?
En LUCHA no ubicamos el problema en los extranjeros. El verdadero responsable de este problema es nuestro gobierno, que es demasiado débil como para poner fin a la guerra con los grupos armados. Si el gobierno fuese fuerte, podría acabar el conflicto armado con los grupos y entonces podría vender los minerales a precios normales como en cualquier otro país. Realmente quien vende los minerales somos los congoleños. Y son los congoleños los que también adquieren las armas de los occidentales y los que utilizan esas armas contra nuestros propios hermanos. Por lo tanto llegamos a la conclusión, de que el verdadero responsable es el gobierno, nuestro gobierno, que no quiere poner fin a esa guerra que está enfrentando hermanos.
¿En qué condiciones laborales trabajan los extractores de minerales?
La explotación mineral es artesanal. Hay que entender que para la propia mano de obra se utiliza a los niños. Porque los niños aceptan cualquier salario sin prestar atención a la cantidad de dinero que se les paga porque no conocen donde está la dignidad. No hay ningún tipo de regulación en muchas ocasiones porque hay muchas zonas mineras que son explotadas por el propio ejército o por grupos militares por lo que no hay ningún tipo de control. Se trabaja sin contrato, por lo tanto pueden perder el empleo en cualquier momento. Trabajan en minas y en galerías con mucha profundidad sin ningún tipo de protección.
¿Qué es el Filimbi?
Significa silbato en lengua swahili. Ha sido un movimiento que la gente quiso crear para responsabilizarse y hacerse cargo de la realidad del país. Filimbi ha hecho una llamada a todos los jóvenes comprometidos del Congo para intervenir y actuar. Lo que se ha pretendido es crear un foro para poder reunir a todas esas fuerzas, con el objetivo de que todos esos jóvenes puedan fomentar la democracia dentro del país. Pero no ha sido posible porque el gobierno ha reprimido las manifestaciones y dos activistas, Fred e Ives han sido detenidos.

Campaña en la RDC para exigir liberación de activistas. Imagen obtenida de la página de FB del movimiento.
¿Conoce el movimiento de los indignados en España?
Lo apreciamos mucho, porque nos ha servido de inspiración. Ahora ellos tienen miras políticas, pero nosotros lo que queremos es movilizar a la ciudadanía.
¿Cuáles son las semejanzas entre ambos movimientos sociales?
Se trata de concienciar a la población para que se haga cargo de la situación en que se vive. Nosotros somos de la opinión de que el cambio no puede proceder de la cúspide, ha de ser desde la base. Ese es el motivo por el que desde LUCHA consideramos que es fundamental educar a la población.
¿Crees que es imprescindible canalizar ese movimiento en un partido político?
Sé que el movimiento del 15M, el de los indignados, se ha convertido en un partido político y respetamos esa decisión. Pero en LUCHA lo que queremos es canalizar nuestro interés a través de la población, porque realmente para nosotros el problema no radica únicamente en la clase política, sino en la propia población que debe ejercer presión sobre la clase política. En mi país, formar parte de la política conlleva una pérdida automática de la confianza de la gente. Para educar a la población hace falta estar con la población y educarla desde dentro.
¿Eres optimista de cara a las elecciones generales?
Si, ese es el motivo por el que luchamos. No dejamos de ser optimistas. Si les permitimos actuar hará lo que quieren hacer, pero si intervenimos y nos movilizamos conseguiremos lo que pretendemos. En definitiva, es la población la que siempre tiene razón y quien termina ganando. Ese es el motivo que nos impulsa a seguir luchando y por el que no podemos aceptar que continúe esta situación.
*Esta entrevista fue realizada gracias a la labor de Amnistía Internacional, dos meses antes de que Serge entrara en prisión.